El consultante coloca su mano izquierda sobre el mazo para transmitir su energía. Luego, con movimientos suaves, hace girar las cartas en la mesa de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo.
Se repite hasta que sienta que es suficiente. Luego se vuelve a armar el mazo para realizar los cortes.
En el momento de cortar, el consultante debe formular su pregunta, en voz alta o en silencio.
Las cartas se cortan con la mano izquierda, en dos cortes hacia la izquierda, formando tres pilas. Luego se vuelven a unir con la mano derecha en cualquier orden.
A partir de este punto se seleccionan las cartas que darán inicio a la lectura.
Existen dos formas principales de elegir las cartas:
Sacar las cartas directamente del mazo en el orden en que quedaron tras el corte.
Colocar las cartas boca abajo en abanico y dejar que el consultante elija intuitivamente.
Las cartas se voltean siempre desde la parte superior, trayéndolas hacia el tarotista. No se deben girar de lado, ya que esto alteraría la posición de derecho o invertido.
El mazo debe permanecer siempre a la izquierda del consultante mientras no se usa.