Se trata de un ritual que eleva la calidad energética y espiritual de la baraja y establece un vínculo más adecuado entre el tarotista y los espiritus de luz que lo benefician. Además la consagración fija (por un tiempo determinado) las fuerzas del astral en el mazo, para que el mismo sea una autentica herramienta de visión.
Primero se debe armar un altar especial para la ceremonia.
Luego se deben pronunciar unas plegarias y hacer un pequeño ritual con las cartas del tarot.
El altar debe estar orientado hacia el Este (hacia donde sale el sol) y estar cubierto con un mantel blanco.
Se coloca el mazo boca arriba en el medio del altar.
En el cuadrante posterior derecho se coloca una vela blanca.
En el cuadrante posterior izquierdo se coloca un incensario en el que debe quemarse incienso.
En el cuadrante anterior izquierdo se coloca sal.
En el cuadrante anterior derecho se coloca un recipiente con agua.
(Esquema del altar. Mazo en el centro y los elementos en las ezquinas)
El ritual debe hacerse de noche. Se tienen que recitar las siguientes plegarias:
Oh Ertno! Oh Rey eterno! Dios inefable que has creado todas las cosas, mírame aquí estoy ante tí yo (y aquí pronunciar su nombre) un fiel servidor tuyo y ten en cuenta que mis intenciones son puras. Envia señor sobre estas cartas de Tarot al Angel Gabriel, regente de las artes adivinatorias, y encomienda a los espíritus que están junto a él que me favorezcan. Oh todopoderoso! que en tu nombre y a través de mí actúen los espíritus de Luz. Amén.
Luego con nuestras propias palabras podemos pedirle a los espiritus de luz y ángeles que consagren el mazo.
Terminadas las plegarias debemos hacer el siguiente ritual para cargar el mazo con la fuerza de los cuatro elementos.
Pasar el mazo por la luz de la vela no tan cerca para que no se queme. Al hacer esto se debe decir "Que la fuerza del fuego este en este oráculo"
Pasar las cartas por el humo del incienso y decir "Que la fuerza del aire este en este oráculo"
Apoyar el mazo sobre la sal y decir "Que la fuerza de la tierra este en este oráculo"
Por último tirar una gotitas de agua sobre las cartas diciendo "Que la fuerza del agua estén en este oráculo". Secar las cartas para evitar que se dañen.
Una vez finalizado el ritual el mazo debe quedar en el centro del altar toda la noche. Al otro día ya puede ser manipulado.
El mazo de tarot debe ser cuidado de posibles contaminaciones de energía. Solo el tarotista puede leer con su mazo, las cartas no se prestan. La baraja debe guardarse en una caja de madera, envuelta en un paño.
Los mazos de Tarot tienen memoria, un registro de todas las consultas realizadas con él. Un mazo que se ha usado mucho permite una lectura más acertada. Un mazo con el que se ha trabajado mucho siempre estará dispuesto a ofrecernos su energía para obtener mejores lecturas.